martes, 7 de agosto de 2012

A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota


Noticias desde Jenaro-Herrera.

El jueves 2 de agosto llegamos Ana, Pilar, Irene, Lorenzo y Teresa a Jenaro-Herrera en el rápido. Unos niños esperaban en el embarcadero. Por un momento pensamos que iban a recibirnos, pero enseguida vimos que no era esa su finalidad. Es costumbre mandar a los niños a vender productos para la hacienda familiar. Lo típico de este pueblo es el queso de búfalo.

Al subir las escaleras, que precisamente estaban construyendo en ese momento, nos despedíamos de nuestros compañeros que marchaban hacia Requena. Un señor que conocía a las hermanas, llamó a dos motocarros y nos acompañó a la Misión. Cuando llegamos, la hermana Stella nos abrió la puerta. Momento de abrazos y bienvenida. Apareció la hermana Pilar, una gaditana que lleva 25 años de misión. La hermana Stella es de Kenia, es más joven y lleva cuatro años en Jenaro Herrera.

Nos enseñaron la casa y nuestro asombro iba in crescendo. La casa comienza con un vestíbulo que tiene dos habitaciones: a la izquierda, la habitación de los invitados, nuestra habitación, con cuatro camas, con baño y ducha; y a la derecha, una sala de botiquín para hacer curas y atender a la gente que viene con alguna necesidad. A continuación se entra en un patio interior que tiene un jardín muy bien cuidado rodeado de unas diez habitaciones con oratorio, cocina, lavadero, etc. Todo es muy austero pero está muy bien cuidado.

Hay una gata que acaba de parir dos gatitos lindísimos. Irene los saluda y juega cada mañana con ellos.

Lorenzo, nuestro sacerdote, está en la casa del cura, el Padre Antonio, este tiene tres perros y a Lorenzo no le gustan nada. Él se lo toma como una prueba del Señor, lo lleva con buen humor aunque no parece que le hayan hecho mucha gracia. De hecho ya se "le han escapado" una vez y al Padre Antonio casi le da un infarto. El amor por los animalitos parece ser propio del espíritu franciscano. Todos nos estamos ejercitando en ello, aunque son pocos los animales que nos hemos encontrando. La verdad es que estamos sorprendidos y dando gracias a Dios día y noche por la suerte que hemos tenido al venir a este pueblo y a la casa de estas monjitas.

Las hermanas nos cuidan fenomenal. Nos cocinan todos los días comida casera estupenda. Las dos Pilares (hermana y la nuestra) son inseparables y no hacen más que recorrer el pueblo visitando a las familias y yendo al mercado... a partir del lunes empiezan con los talleres de costura para madres.

El horario que seguimos es el siguiente: al contrario que nuestros compañeros de Requena, la noche transcurre entre todo tipo de sonidos de animales, como gallos cantando a deshoras, competiciones de ladridos de perros, todo tipo de grillos y entre tanto sonido, el grito de Teresa, nuestra princesa de la selva porque "Juancho" la observa tras la mosquitera de la ventana de la habitación. (Juancho es nuestra querida salamandra ;-)) Nos levantamos a las 6, ¡sí!, cuando en España son aún las 23:00 h. del día anterior. A las 6:30 rezamos los laudes con las hermanas y los sacerdotes en el oratorio. Hoy, sábado, a las 10, hemos ido a jugar un partido de fútbol, los chicos, y un partido de voleibol, las chicas. Comemos a las 12. Después de comer, descansamos un poco (hace unas temperaturas muy altas y estamos chorreando de sudor todo el día). A las 15h nos vamos a "La Quebrada",  un río donde la gente del pueblo se baña. De camino Ana, para no caerse al río, pisa el barro y se deja enterrada una zapatilla (tenemos pruebas visuales que ya publicaremos ;-) Tras esta excursión volvemos a la casa y nos metemos en la reunión de preparación del coro donde Irene nos muestra su don enseñándoles a dos voces el Santo del Rey León, los niños de aquí cantan impresionante.

Ayer, viernes, a las 3, tuvimos una catequesis y el padre Lorenzo causó sensación. Era para jóvenes, entre 14 y 21 años. Les encantó, les explicó las cosas de forma que se entendían muy bien y se divirtieron un montón. A las 6 solemos sentarnos un poco a tomar el fresco con las hermanas. A las 6:30 rezamos las vísperas con las hermanas. A las 7 es la Misa y vienen varias personas del pueblo. El momento de la paz es una fiesta. Todos los niños de 2 a 6 años más o menos, se acercan a las hermanas y a nosotros y nos dan un beso (aquí se da un beso, y no dos).

A las 8 cenamos y tenemos que recoger y prepararnos para dormir rápido porque a las 10 se va la luz. En nuestro caso no tenemos mucho problema porque hay placas solares y sigue habiendo luz.

Por último, un ruego: rezad para que llueva. Lleva dos semanas sin llover y la gente está preocupada, dicen que el río está seco (aunque nosotros nunca habíamos visto un río con tanta agua) Por ahora sigue habiendo agua y nos podemos duchar y todo lo demás, pero dicen que en breve se puede acabar si no llueve. ¡Brazos en cruz!

A pesar de llevar 4 días aquí, ya nos hemos convertido en una gran familia, las hermanas, el Padre Antonio y nosotros 5 compartimos día a  día nuestras alegrías y sentimientos. Mañana llega la Madre Superiora junto con otra hermana y le damos vacaciones al Padre Antonio el lunes. Aquí ha sido fiesta esta semana y el lunes empezamos todas en el colegio, to be continued....

Tenemos dificultades de acceso a internet, así es que nuestra próxima crónica se hará esperar ;-))
En ella os contaremos la dura realidad que vive este pueblo y las comunidades de alrededor ;-((

Abrazos a todos de los Jenaristas!!!


-Publico desde España la Crónica que nos enviaron los de Jenaro el domingo 5 de agosto, y que no lograron escribir en el blog. Los que estamos en España estamos deseando llegar y rezamos por que llueva y por que todo siga tan bien!! Abrazos a todos!!-

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